PERSON IN THE RAIN

Drizzle Sluvio, un hombre marcado por un pasado oscuro, cuyas cicatrices emocionales se reflejan en su mirada y postura. Desde joven, mostraba una afinidad innata con la naturaleza y una curiosidad insaciable por la magia que la envolvía. Criado en el bosque de los cien acres, Drizzle pasaba horas explorando cada rincón, fascinado por los secretos que guardaba. Sin embargo, la inocencia de su infancia se vio destrozada en un día fatídico que quedó grabado en lo más profundo de su mente. Una tormenta feroz y despiadada azotó el bosque, con truenos que resonaban como el eco de la ira de los dioses y relámpagos que iluminaban el cielo como lanzas de luz divina. En medio del caos, Drizzle se separó de su familia, quedando solo en la oscuridad creciente. Pero lo que desató su fobia fue mucho más que la tormenta. En su desesperado intento por encontrar refugio, se adentró en un claro del bosque, solo para descubrir una escena que helaría la sangre de cualquiera. Allí, en el corazón del claro, divisaba un bulto, el cual resulto ser el cuerpo sin vida de su tío quien se había adentrado en lo mas profundo del bosque con la intención de darle caza al caracol gigante de las antiguas historias. Yacía el cuerpo repleto de caracoles que se abrían paso hasta de dentro de la boca, criaturas deformes y retorcidas que parecían haber salido directamente de las pesadillas más horribles. Sus conchas eran tan grandes como casas, y sus cuerpos viscosos se retorcían y contorsionaban en una danza macabra sobre el cuerpo. Desde aquel día, la mera visión de un caracol o el sonido de una tormenta desataba en Drizzle una parálisis de pánico, reviviendo el horror que presenció en aquel claro del bosque. Cada trueno era un recordatorio de la furia de aquel ser oscuro, y cada caracol era un símbolo de su poder corruptor.

A lo largo de los años, Drizzle luchó por superar sus miedos, pero siempre sintió que estaban incrustados en lo más profundo de su ser. Su regreso al bosque de los cien acres desató una cascada de recuerdos traumáticos, obligándolo a enfrentar la oscuridad que había evitado durante tanto tiempo. Durante su travesía en busca de lo único que podría matar al caracol, Drizzle se ve obligado a confrontar no solo a los monstruos del bosque, sino también a los demonios internos que lo atormentan.

Controls: